Segovia y la Granja

En Segovia, ciudad Patrimonio de la Humanidad, nos perderemos en la ciudad vieja, en el laberinto medieval de sus calles y plazuelas repletas de torres, iglesias y hermosos palacios. 

Visitaremos los principales monumentos que no podemos dejar de ver en Segovia.

Acueducto de Segovia, una construcción de principios del siglo II en inmejorable estado de conservación que impresiona por sus más de 28 metros altura.

Plaza Mayor, con un encantador ambiente y rodeada de terrazas, es el centro vital de la ciudad. Aquí nos tomaremos un aperitivo a media mañana.

Catedral Gótica, considerada la Dama de las Catedrales por su porte y elegancia, impresiona por su torre de 88 metros de altura y numerosos pináculos además de por el elegante interior con 157 impresionantes vidrieras, los tapices, el Claustro, la Sala Capitular, la Capilla Mayor y el Altar con su maravilloso retablo

Alcázar de Segovia, un castillo con un perfil digno de un cuento de hadas. Aunque la visita a su interior es obligada, lo que verdaderamente impresiona es su figura contemplada desde diferentes puntos.

El Barrio Judío o Antigua Judería es uno de los rincones con más encanto que visitar en Segovia.

Comeremos en Casa Cándido, toda una institución a los pies del acueducto; un verdadero museo gastronómico lleno de recuerdos y reliquias en sus paredes. Un lechazo asado o cochinillo es lo que se lleva aquí, pero siempre podrás elegir otras opciones más ligeras.

Después de estas visitas imprescindibles, todavía nos quedarán muchas cosas que ver en Segovia. Fuera del recinto amurallado y en la misma zona nos encontramos:

El Mirador de la Pradera de San Marcos, desde donde podremos disfrutar de las mejores vistas del Alcázar rodeado de un magnífico entorno natural.

Iglesia de la Vera Cruz. Cerca de la Pradera de San Marcos se encuentra esta iglesia de estilo románico construida en el 1208 por los Templarios con un interior sorprendente y misterioso. El exterior del edificio destaca por su planta dodecagonal, tres ábsides semicirculares y una torre cuadrada.

El Convento de las Carmelitas, donde está enterrado San Juan de la Cruz y el Santuario de la Fuencisla, dedicado a la patrona de Segovia.

Desde aquí partiremos hacia la Granja de San Ildefonso. Nacido del sueño del primer rey borbón de España, Felipe V, el palacio y los jardines de la Granja, encierran muchos secretos de nuestro pasado. El lujo y las ganas de ostentación se dejan sentir por todas partes, en la sala de los Mármoles, en el comedor de gala, en el salón del trono o en las fuentes de los maravillosos jardines que rodean el palacio.

Para merendar, que mejor que probar la repostería segoviana. Aquí la estrella es el ponche segoviano.

De regreso a Madrid, en la subida del puerto de Navacerrada, haremos una parada para dar un pequeño paseo, o grande si te apetece, por una senda paralela al rio Eresma.

Todo esto te propongo para pasar un día diferente, pero como siempre digo, no hay que verlo todo, hay que disfrutar lo que se ve.