5 días / 4 noches. Puedes ampliar o reducir los días. (consultar).
Desde Madrid (consultar resto de ciudades). Siempre salimos desde tu casa.
La diferencia entre Oro y Plata, viene dada por la categoría de los alojamientos y restaurantes. Hay una tercera opción para quién quiera viajes más tranquilos y sentirse como en casa. Un solo alojamiento para todo el viaje. Puede ser un hotel o un apartamento.
Precios en temporada baja. En la temporada media los precios se verán incrementados un 5% y en temporada alta un 10%.
Se considera temporada media la semana de Semana Santa, del 15 de junio al 15 de julio y del 1 de septiembre al 15 de septiembre. Se considera temporada alta (del 15 de julio al 31 de agosto).
Cáceres tiene tanto que ofrecer que es difícil no dejarse nada. Siempre hay un pueblo, un valle, un castillo o un plato típico por saborear. Cáceres invita a viajar con calma, disfrutando de sus sierras y sus valles, de sus bosques y dehesas, de su gastronomía y de su gente.
Aquí descubrirás:
Considero que la mitad del éxito de un viaje reside en los alojamientos. Por eso siempre busco aquellos que te van a procurar la máxima satisfacción; entornos privilegiados, a ser posible con mucha historia detrás y con amplios espacios que te inviten al relax.
Escojo las habitaciones de categoría superior, que tienen las mejores vistas, una buena accesibilidad y una decoración que haga que te sientas como en casa.
Comemos en Restaurantes que se inspiran en la tradición para ofrecer una cocina contemporánea basada en los mejores productos locales de cada temporada.
También buscamos restaurantes con buenas ubicaciones y excelentes vistas.
La gastronomía extremeña, es sencilla en su elaboración, pero basada en la extraordinaria calidad de sus materias primas: derivados del cerdo ibérico criado en la dehesa, caldereta de cordero, deliciosos quesos y tortas del Casar, pimentón de La Vera, aceites de oliva, miel y buenos vinos.
De camino hacia Cáceres, haremos una parada en Guadalupe. Allí, visitaremos el impresionante conjunto del Monasterio, declarado Patrimonio de la Humanidad, que se convirtió, en el foco religioso de mayor influencia de la Hispanidad.
Con la base en el Parador de Cáceres, recorreremos la ciudad y su entorno
En Cáceres, ciudad Patrimonio de la Humanidad, nos perderemos en la ciudad vieja, en el laberinto medieval de sus calles y plazuelas repletas de torres, iglesias y hermosos palacios.
Podrás ver cómo era una casa árabe real por dentro, o probar los dulces más ricos que puedas imaginar en el convento de San Pablo o Santa Clara
Si os apetece, iremos hasta el Casar de Cáceres para ver en la quesería Doña Francisca como se elabora la famosa Torta del Casar.
Nos acercaremos al paraje de los Barruecos, declarado Monumento Natural, donde sus masas de granito erosionadas, adoptan caprichosas formas. Aquí, visitaremos el Museo Vostell, creado por este artista multimedia alemán en 1974, que seguro, no te dejará indiferente.
No podemos dejar de acercarnos a Trujillo, villa monumental que impresiona. Pequeña e imponente a la vez. Desde la Plaza Mayor, hasta su esbelto castillo. Un centro histórico señorial por el que callejear sin rumbo se convierte en una obligación.
De camino a Plasencia, nos detendremos en el Parque Nacional de Monfragüe. Surcado por el cauce del Tajo y el Tiétar. Desde el mirador del Salto del Gitano observaremos como vuelan por encima de nuestras cabezas, aves como el águila imperial o el buitre leonado.
En esta segunda etapa del viaje, con el Parador de Plasencia como base, recorreremos la ciudad, la comarca de La Vera, el Valle del Jerte y el Valle de Ambroz.
Plasencia, conocida como la “Perla del Jerte” encierra tras sus murallas un considerable patrimonio artístico. Destaca su Plaza Mayor con sus casonas porticadas desde donde toca perderse por las callejuelas en busca de sus dos catedrales (la nueva y la vieja) y sus innumerables palacios.
Nos adentraremos en el Valle del Jerte. En primavera, los cerezos en flor son como fuegos artificiales blancos y rosados que se derraman en las laderas. Pero el Valle del Jerte es mucho más. Muchísimo más. Una depresión frondosa donde el curso de los ríos ha excavado gargantas, piscinas naturales y creado bellísimos saltos de agua.
Visitaremos Hervás, enmarcada en un paisaje desgarrado por gargantas que descienden al Valle del Ambroz y suavizado por la abundancia de castaños. Tiene una de las juderías mejor conservadas de España.
Recorreremos la Comarca de La Vera. Algo tendrá, cuando fue elegida por un emperador entre todo su vasto imperio para retirarse del mundo. Un paisaje donde el agua baja en tromba y unos pueblos que transmiten armonía, en los que se palpa la autenticidad de una arquitectura tradicional de madera, piedra y barro, con plazas de postal, soportales, balconadas y empedrados de los de antes.
Visitaremos pueblos como Valverde de la Vera y su famoso Museo del empalao o Villanueva de la Vera y nos iremos deteniendo en algunas de las numerosas gargantas que nos encontraremos por el camino. Si os apetece, también podemos visitar una fábrica donde veremos el proceso de elaboración del pimentón de la Vera.
No podemos irnos de esta comarca, sin visitar el Monasterio de Yuste, última residencia del Emperador Carlos V. Descubrirás que este rinconcito extremeño es un remanso de paz. Sobre todo, cuando paseamos por sus dos claustros, uno de estilo gótico y otro renacentista.