A estas alturas, el contacto con tus hijos suele reducirse a visitas esporádicas, y más si no vivís en la misma ciudad. La convivencia con los hijos hace tiempo que quedó atrás.
Un día en los postres de una comida familiar, alguno de tus hijos te dice: papá, mamá, tengo 4 días libres el mes que viene, ¿Os gustaría que hiciéramos un viaje juntos a Sevilla, o recordar aquel viaje que hicimos a Galicia?
Seguramente, os quedaríais descolocados en un principio, pero en el fondo os haría ilusión que pensaran en vosotros y que os hicieran ese ofrecimiento.
Sólo la idea de volver a tener una experiencia junto a ellos os provocaría una enorme alegría. Seguramente descubrirías talentos ocultos que desconocías de ellos, viviríais experiencias únicas y recordarías viajes pasados.
Lamentablemente, esto no suele pasar.
los hijos adultos están inmersos en su carrera profesional, adquieren más responsabilidades en sus trabajos y, además, tienen que hacerlas compatibles con la crianza y educación de sus hijos. Probablemente no les quedará demasiado tiempo para sus padres, quienes no es raro que se dejen abatir por la sensación de abandono.
Plantearse unas vacaciones juntos, puede ser una buena solución para rememorar los viejos tiempos, pero también puede ser una fuente de problemas.
Juntar durante varios días a abuelos, hijos, nietos nueras yernos, puede ser un coctel explosivo, pero también puede ser toda una experiencia si se plantea bien

Indice
6 grandes ventajas de viajar con tus hijos adultos y con tus nietos
El viaje tiene muchas formas de ser vivido, depende de con quién lo compartamos. Viajar en familia proporciona tiempo de calidad para todos los miembros y grandes momentos para el recuerdo.
¿Cuáles son algunas de las grandes ventajas de viajar en familia?
1- Practicas el “slow travel” (viaje tranquilo).
El slow es un movimiento que pretende que vivamos las cosas más lentas, pero mejor, eliminar el estrés de nuestras actividades para vivir más felices. Viajar toda la familia hace que se baje el ritmo, que se quite el reloj para dejar de viajar como turistas y empezar a vivir los lugares como los locales.
2- Refuerzas las relaciones familiares.
Al eliminar el estrés de las actividades, las relaciones son más espontáneas y se fortalecen lo lazos. El viaje es el momento perfecto para compartir experiencias únicas que hacen que las personas que las viven se sientan más unidas. Se trata de varias generaciones que comparten momentos especiales, y que harán que se sientan más próximas a su vuelta.
Seréis un equipo. Hacer planes juntos se convertirá en algo que os conectará de forma única. Desde antes de salir de viaje, empezaréis a buscar qué hacer en cada destino, a trazar planes y cosas para hacer.
3- Vives el Intercambio intergeneracional.
Este intercambio se produce entre abuelos y nietos en un ambiente relajado. Ambos disfrutan de la presencia del otro, de compartir aventuras especiales, en un ambiente diferente al que habitualmente están acostumbrados.
Fuera las rutinas, las obligaciones y las prisas. Esto da la posibilidad de que los nietos y los abuelos estrechen la relación y se produzca ese fenómeno al que llamamos relaciones entre generaciones.
Mundos distantes que se acercan a través de los momentos compartidos y los aprendizajes que se producen en un viaje. ¡Deja que tus nietos disfruten de ti!
4- Te sientes rejuvenecer.
Ya no tienes responsabilidades laborales, lo que te permite tener la libertad de viajar y tener un estilo de vida parecido a cuando eras más joven. Será genial que te acompañaran en tu segunda juventud y disfrutar de ellos de forma muy diferente a como lo habéis hecho hasta ahora.
5- Eres un contador/a de historias.
Como sabemos, los años dan sabiduría y un montón de historias que contar a tus nietos. Viajar con nietos hace que los viajes estén llenos de esas anécdotas e historias inolvidables que amenizan cualquier viaje que se precie. ¡Descúbreles esas historias!
6- Combates el distanciamiento.
Si se da la circunstancia de que vives lejos de ellos, es una gran oportunidad para que esta distancia sea más pequeña.
A pesar de que ahora vivimos en la era de la comunicación y hay múltiples plataformas para estar en contacto, si no hay un contacto en persona las relaciones pueden resentirse.
Viajar juntos es una gran oportunidad para combatir esa distancia y hacer más llevadera la ausencia en el día a día.
Lo que sí que está claro es que tu paciencia va a mejorar.

10 consejos para pasar unas vacaciones con tus hijos adultos y tus nietos
1. Preparación y planificación.
Antes de embarcarte en unas vacaciones con los hijos adultos, deberías preguntarte como de estrecho es el contacto con ellos. Si viven en la otra punta del país, lo más probable es que os veáis relativamente poco. Cuanto menos contacto tengas con ellos, más intensivamente deben planearse las vacaciones.
2. El destino de las vacaciones.
Parte de la planificación consiste en responder la pregunta de a dónde se irá. Lo mejor es un viaje corto a un sitio cercano, preferiblemente acorde a los gustos de todos. Los viajes cortos sirven además como test para posibles vacaciones más largas en el futuro.
3. Aclarar de antemano.
Muchas de las cosas que pueden ser fuente de conflicto durante las vacaciones se pueden evitar hablando antes. Se pueden dejar algunas cosas a la improvisación, pero las cosas importantes, es bueno que estén bajo control.
4. Alojamiento.
Hotel o casa de alquiler. Lo mejor es tener siempre la posibilidad de aislarse un poco. Es decir, no importa qué opción se elija, lo importante es que todos tengan su propio espacio.
5. Actividades.
Muchas veces los más jóvenes, que son los más estresados, quieren descansar los primeros días, mientras que los mayores, que no están tan desesperados por tener vacaciones, quieren hacer más cosas. Para que todos estén satisfechos, el destino elegido debería ofrecer las dos cosas: tranquilidad y aventuras.
6. Espacios libres.
Viajar juntos no significa que hay que pasar juntos cada minuto. Se debería reflexionar sobre las cosas que se quieren compartir y acordar, por ejemplo, una cena juntos o algunas actividades en común.
7. Quién decide.
Antes eran siempre los padres los que decidían qué se hacía en vacaciones. Sin embargo, cuando los hijos ya son adultos, no tienen ganas de que les digan lo que tienen que hacer. Por eso es importante que las dos partes sepáis que no se van a poder reeditar mágicamente las vacaciones familiares del pasado.
8. Quién paga.
Antes eran siempre los padres los que pagaban. Hoy día, ya no tiene por qué ser así. Los padres no tienen que correr con todos los gastos de los hijos. Por otra parte, el que paga, tampoco pueden creer que pueden decidir todo.
9. Nietos.
Muchas veces los abuelos se alegran cuando los nietos participan de las vacaciones, y para los padres de los niños puede ser un alivio contar con esa ayuda. Sin embargo, los adultos mayores no tienen por qué convertirse en niñeros durante las 24 horas. Tiene que haber un límite bien claro sobre quién se ocupa de los niños.
10. Nueras y yernos.
Las parejas de los hijos son un gran tema y pueden ser motivo de peleas. Por eso, lo mejor es hablar acerca de las tensiones, si las hay, de antemano.
Propón a tus hijos adultos hacer un viaje conjunto con ellos y con los nietos.
Tal vez te sorprenda la respuesta.
O no.
Pero por lo menos lo has intentado.

Si no hay manera, te propongo algo.
¿Te gustaría hacer un viaje con tus nietos?
Ahora es el momento.
Para tus nietos será una experiencia inolvidable. Recordarán con cariño toda la vida esos momentos de convivencia.
Y para ti, también será una experiencia gratificante.
Enseñarles a jugar al dominó, a las cartas, contarles historias y anécdotas, ver como se divierten aprendiendo a hacer surf en la playa…
Conocerás más a tus nietos en todos los momentos del día y tus nietos aprenderán de ti.
Al eliminar los horarios, las prisas del día a día, las relaciones son más espontáneas y vas a fortalecer los lazos con tus nietos, al compartir experiencias únicas con ellos.
Yo estaré ahí, acompañando en muchos momentos.
Si te interesa mira aquí.